Gran parte del patrimonio material e histórico de la región está compuesto por edificaciones de tipo religioso que predominan y permanecen vigente con el pasar del tiempo.
La fuerte influencia de los colonizadores españoles respecto a la difusión de la fe cristiano-católica se evidencia en una predominante tradición religiosa en el Valle del Cauca y convierten al departamento en el principal punto de peregrinaje del país.
Desde hace más de dos siglos, la figura del Señor de los Milagros es fuente de peregrinación y devoción incluso para las primeras comunidades indígenas cristianizadas. La Basílica que resguarda su imagen es llamada comúnmente como “El templo de la paz”, y diariamente celebra cerca de 12 eucaristías.
Esta edificación embellece la ciudad con su impresionante e imponente estilo gótico y sus imágenes de San José, San Roque, el Cristo de la Caña y la Virgen de los Dolores. Ubicada sobre la tradicional Avenida Colombia, a orillas del río Cali, este es uno de los puntos turísticos más importantes de la capital del departamento.
Ubicada en el municipio de La Unión, esta ermita se encuentra en la cima de una colina central y es una de las más antiguas del Valle del Cauca. Su construcción data entre 1640 y 1641 y fue declarada Monumento Nacional.
Con más de 300 años de historia, este es el templo religioso más importante del municipio de Palmira y fue erigido en 1773 en homenaje a la Virgen del Palmar. Su edificación es hoy considerada Monumento Nacional y es el epicentro de diversas manifestaciones religiosas y eclesiásticas, sobre todo en Semana Santa.
Cada año, en distintos municipios de este departamento se organizan distintas festividades religiosas para celebrar la semana más importante del catolicismo. Uno de estos, es el municipio de El Cerrito, ubicado a solo 40 minutos de Cali, el cual se ha destacado por la solemnidad de sus procesiones religiosas que exponen la figura de Jesucristo durante su camino al calvario. Por las calles empedradas de esta zona, cientos de fieles de toda la región se reúnen para profesar su fe.
Por otra parte, Guadalajara de Buga se convierte en el municipio receptor del mayor número de aficionados del turismo religioso. Los visitantes llegan a los icónicos templos para celebrar la Semana Santa. Durante los días sagrados, cerca de 120 sacerdotes ofician eucaristías cada hora y se celebra el Santo Viacrucis, el cual es dramatizado tanto por laicos como por acólitos. En los alrededores de las iglesias es posible adquirir artesanías de tipo religioso y degustar los dulces tradicionales.
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